Trekking en el Chalten tocando el Fitz Roy con la punta de la nariz

Pongo el despertador para las 5:30 y cuando suena, lo pospongo una hora mas. A los 5 minutos vuelve a sonar y ya son las 6:30. Entre lucha interna y ronquido logro estar desayunando a las 7:30 para poder estar en un rato tocando el Fitz Roy con la punta de la nariz.
Otra vez tarde, no es por amor a la puntualidad que me queje, pero sí que estoy con el tiempo justo si quiero hacer todo el recorrido planificado: cerro Fitz Roy y cerro Torre.

Tocando el Fitz Roy con la punta de la nariz

Enfilo hacia el sendero del Fitz Roy. Primero lo primero.
1:30 hora de subida y otro tanto de llano. La ultima hora de subida exigida trepando rocas cual lagarto y patinando por algún que otro charco de nieve. Ahí entendí por que los carteles decían obligatorio escaladores. Y pensar que los míos están tan panchos muriéndose de risa en el garage de Luli. Tenía la ilusión de que el tiempo de este sendero estuviera mal calculado, y llegar antes de lo previsto como ayer, pero se ve que o estoy más cansada o es más exigida de lo habitual.
También es verdad que fui parando a hacer fotos, y además de las fotos habituales un par de fotos con mensaje subliminal para expiar culpas por no estar presente el día del cumple de mi mamá.

Arriba casi que me toco la nariz con el Fitz Roy, bueee no tanto, pero sí que se siente su fresquito, así que ni tecito, ni Dr. lemmon, sale caldito (no puede haber sido mejor decisión) y compañía para disfrutar de semejante vista.
Siempre dije que en mi opinión el chalten es uno de los lugares mas bonitos de Argentina. Lo pensé la primera vez que lo conocí allá… vaya uno a saber por que año (cuando todavía no existía el aeropuerto del Calafate y se llegaba desde Río Gallegos).
Chalten: mi preferido a decie verdad.

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