Pedalear de canuelas a General Belgrano (Buenos Aires) fue el recorrido que surgió como resultado de una cuenta pendiente (o mejor dicho un destino pendiente a General Belgrano). Así que cuando vi que se venia un fin de semana largo y había quorum para pedalear empecé a organizar cuál era el mejor recorrido.
Una de mis premisas era hacer la salida gasolera, sin autos. Con lo cual empecé a pispear los trenes.
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Ya suponía que el tren a Chascomus no iba a funcionar, con lo cual la opción de buena, bonita y barata (traduzca se en el recorrido de bici mas corto, mas tiempo para disfrutar y gasolera por ir en tren) no estaba siendo una opción.
Ya tenía varias alternativas de caminos vistos, pero no todos los conocía. Y otra de las premisas que intentaba cumplir era hacer el recorrido circular (bue… esta bien si ven los mapas se van a dar cuenta de que están lejos de ser un circulo) pero la idea era hacer un recorrido distinto a la idea y a la vuelta, como para aprovechar a conocer mas lugares.
Ya acercándonos al fin de semana llame para chequear los trenes y me ayudo a definir el recorrido.
El tren a Alejandro Korn llegaba solo hasta Glew, así que si le vamos a sumar kms. que valga la pena.
Pero la contra es que el tramo de ida me daba 116 kms (mix de asfalto y rural). Nada imposible, pero sí un día de pedaleo intenso. Así que la idea era tomar el tren de 7:59 en Constitución. Y ahí ya empezaba a marcarse nuestra relación con los trenes, los que veníamos de Retiro llegamos 2 minutos después de que se fuera el tren.
Lo bueno es que el próximo salía en 30 minutos. Aprovechamos el ratito para hacer paradas técnicas y ya en el tren nos dimos la primera panzada del viaje con mates, budines caseros, coquitos y alfajores de maicena. Para los que piensen que esto es mas morfi que bike, estábamos acumulando energías para la flor de pedaleada que nos esperaba.
Llegamos a Cañuelas y a las pocas cuadras se rompe mi portaequipaje.
Eternamente agradecida a Camilo, hacía un par de cuadras que se había desajustado mi porta y cuando le preguntamos a un señor que estaba arreglando su camión en la calle si tenía un alambre para arreglarlo, con todo su amor y paciencia, nos buscó un tornillo y una rosca que encajaran, Así que gracias a Camilo no sólo zafamos, sino que lo dejó pipi cucú, Necesitamos mas gente así en Capital.
Ya desde temprano arrancamos la rural, con caminos de tierra en buen estado.
En Abbot paramos en la estación a hacer un par de fotos y a seguir por asfalto rumbo hacia San Miguel del Monte, donde si bien la idea original era quizás parar a comer algo caliente, como ya estabamos un poco demorados y el día estaba lindo, aprovechamos a comer la vianda junto a la laguna quienes habíamos llevado.
Arrancamos
Zenon Videla Dorna lo dejamos pasar pero no quiero que nos agarre la noche (ilusa).
Ya el grupo se empieza a separar por diferencia de ritmos y empieza a aparecer el compañerismo y con Eduardo empezamos a confabular las técnicas de Couch para ponerle ritmo.
Agarramos la tierra de nuevo, por suerte el camino esta en buen estado y el paisaje y el atardecer acompañan.
Aunque un rato después cuando la noche empieza a caer, el frío empieza a pegar mas.
Y como si esto fuera poco mi celu (donde estaba el mapa) se muere. Igual si bien no es un camino todo recto, mucha variante no hay.
Hacemos un par de breves paradas para picar algo que nos de energía y no enfriarnos tanto.
Llegamos a la ruta 41 no solo que ya es de noche y es oscura sino que ademas no tiene banquina. Por suerte tiene poco transito.
Llegamos al pueblo y como ya es tarde y vemos un chino abierto aprovechamos a comprar unos fideos, el guiso de lentejas con el que venimos soñando va a tener que ser para mañana, hoy ya solo queremos llegar, comer y al sobre.
Ruta en bici Cañuelas, Abbot, San Miguel del Monte, General Belgrano
Y al día siguiente nos espera el bosque encantado
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